Cartas para nadie 3 "Huracán"

Querido huracán:

Ella era como el viento, iba de un lado a otro sin saber lo que le esperaba ni los daños que dejaba por el camino. Llego a su nuevo destino como todo viento en un día normal. Y se enamoró. Dos huracanes los cuales consiguieron la calma el uno del otro. Todo huracán deja daños a su paso, ellos reconstruyeron los suyos a besos. Amigos y amigas sentían que era lo mejor para todos. Pero como he dicho al principio, el viento se va. Al igual que el de mi lado. Decidí cambiar de aires, nunca mejor dicho, pero llego la corriente y me arrastró con ella. Dejándome en medio de la nada sin agua, y confundida. Es en ese momento donde llegó la calma a mi corazón y decidí que ya no quería recorrer más kilómetros buscando un refugio. Estaba a punto de dar el último soplo, dedicado a ti. Entonces desperté, y me di cuenta de que todo ese tiempo me había estado ahogando en mis sueños. Llorando entre lágrimas, me dije a mi misma que nunca fui viento y que nunca lo seré. Que los huracanes destrozan y no quiero formar parte de uno, y mucho menos, ser uno. No hace falta cambiar de aires para encontrar tu amor verdadero, al final te cruzaras con un huracán el cual no puede ser reconstruido. Nadie espera un huracán en su vida, pero todos quieren un viento constante que les recuerde que la brisa en verano se agradece. Yo quiero ese viento constante que nunca se vaya, que este cada mañana para recordarme lo bonito de la vida. Te propongo que tú seas mi viento, y viceversa. La única condición es que no pases por mi vida como un pasajero de esos que vagan solos por el mundo. No quiero huracanes en mi vida, pero si alguna vez aparece alguno, espero que seas tú quien me destroce y me reconstruya. Quiero que aparezcas y me cambies de vientos.

Seré tu viento y nunca desapareceré. Seré el motivo por el cual sonrías cada mañana, solo prométeme que no me destrozaras como a todas las demás. Prométeme que juntos crearemos lo más bonito que se ha visto, un arco iris. Yo seré el arco por donde pases mirándome directamente a las iris. Creemos nuestro arco iris donde solo pegue el viento.